Cuando realizo experiencias y tours, siempre comento que Barcelona es una ciudad llena de detalles que nunca terminan, y que aunque creas que lo conoces todo, siempre encuentras algo nuevo que te sorprende. Estos detalles pueden ser desde pequeños balcones o ventanales hasta edificios enteros o plazas, muchas veces envueltos en un aire modernista. Gemas ocultas a lo largo de toda la ciudad.
La vida de un local en Barcelona
El viernes pasado volvió a suceder, caminando de vuelta a casa por la majestuosa avenida Diagonal reparé en un portal que se intuía precioso, y no solo desde el exterior, sino también el interior.
Nos acercamos con curiosidad, y a medida que avanzamos esos pasos se fue descubriendo la majestuosidad del portal. ¡WOW! En la puerta había un hombre vestido de negro, que amablemente nos dejó acceder al interior para contemplar cuál espectáculo artístico y arquitectónico. Una entrada revestida de mármol, de formas curvilíneas, decorada hasta el último centímetro. Madera, hierro... e inspirada, como no, en la naturaleza. En este caso, más concretamente en el fondo marino. ¿Venís a bucear conmigo?
La casa Sayrach
¿“Y qué edificio es este”? Pregunté. “Es la casa Sayrach, proyectada por Manuel Sayrach hijo. Fue un edificio concebido para la residencia familiar y la diseñó sin haber terminado aún la carrera de arquitectura”, nos comentó el portero.
“Si miráis en las paredes, podéis encontrar medusas y cangrejos, y el arco de la escalinata representa el esqueleto de una ballena". Y siguió: "En la misma de la escalera, debajo del pasamanos, si te fijas, se inspira en una red de pesca”.
Con tanto por procesar, no llegué a preguntar por el ascensor, ¿existe un elevador más bonito que este?
Restaurante La Dama
Quedamos alucinados con ese tesoro, pero todavía había más: En el primer piso, dentro de uno de los apartamentos, se encontraba un discreto y elegante bar- restaurante: La Dama.
Nos acompañó a la puerta y volvimos a quedarnos embriagados con el lugar, ya que iba acorde con la gracia y buen gusto del portal del edificio. Cruzamos las cortinas y en lo que sería el recibidor de la casa y a título de bienvenida, nos encontramos un pequeño salón con una atractiva barra de bar de coctelería. Una antesala a los distintos espacios para comer, también decorados con gusto, algunos con vistas a la Diagonal y otros a la calle de al lado, la bonita Enric Granados.
Puertas, ventanas con formas arqueadas realizadas en madera. Muebles elegidos con gusto, y cristales y juegos de espejos combinados con una decoración contemporánea y moderna. Un ambiente de calma, belleza y bienestar. ¡Menudo descubrimiento!
Una coctelería con personalidad
No pudimos resistirnos y decidimos quedarnos un rato y dejarnos aconsejar por el también muy amable barman. Nos preparó un delicioso cóctel (imposible recordar todo el combinado, pero era una bebida a base de whisky con ciertos toques de maracuyá) y un Caol Illa de 12 años, ganador de varios premios y considerado uno de los mejores whiskys del mundo. Nada mal, ¿verdad?
No puedo dejar de comentar que una de las cosas que me sorprendió fueron los hielos empleados para las bebidas, ¡nunca antes había visto de este tipo! Parecían más una piedra preciosa más que un simple cubito para refrescar la bebida.
De esta manera no solo pudimos disfrutar de los tragos, sino que también de la belleza y el buen ambiente. Un emplazamiento histórico y gastronómico considerado en las altas esferas del mundo del periodismo, la empresa y la política catalana. Al nivel de los conocidos Vía Veneto o el Botafumeiro.
Y no solo eso. Un lugar también lo configuran las personas, y en el caso de La Dama, tanto el portero, como el barman que nos atendió y el resto del personal del restaurante fueron encantadores y nos hicieron sentir muy cómodos en todo momento. ¡Sin duda con ganas de volver y probar sus platos!
Vuelta al fondo marino: nuevos detalles
Al bajar, volvimos a recorrer los rincones del portal para terminar de admirar el espacio. De manera improvisada surgió una nueva conversación: esta vez con el portero y uno de los comensales que justo salía del restaurante. Curiosidades de la vida, resultó ser uno de los periodistas que pudo entrevistar al “último Sayrach” (hijo del arquitecto Manuel Sayrach), unos meses antes de morir justo cuando la pandemia del covid empezaba a asomar para transformar nuestras vidas.
“Este edificio es una de las últimas construcciones modernistas de Barcelona”, comentó el periodista. “Se construyó en 1918, cuando el movimiento ya estaba en decadencia, dando paso al noucentisme y al vanguardismo. Manuel Sayrach, quiso hacer un pequeño tributo a su gran maestro, ni más ni menos que Antoni Gaudí”, añadió el misterioso periodista.
Gemas ocultas en Barcelona
Volvimos a casa contentos, pues como casi todos los buenos planes, los que salen de manera improvisada son los mejores. Esa noche tuvimos la suerte de encontrarnos una nueva gema escondida en las calles de mi querida Barcelona, otra joya que, además, va acompañada de una bonita historia. Qué mejor manera de terminar un viernes, ¿no creéis?
Sin duda, quedamos maravillados con este lugar y ya lo he añadido a mi mapa con las mejores recomendaciones de Bares y Restaurantes de Barcelona :-) ¿Ya sabes de qué se trata?
También puedes contactarme si quieres descubrir más gemas ocultas en Barcelona.
El modernismo catalán El modernismo catalán fue un movimiento artístico y cultural que sacudió la ciudad condal y por extensión también toda el área de Cataluña a finales del siglo XIX hasta principios del XX. Nació como un anhelo de transformación de la sociedad catalana, con la perspectiva de modernizar el país e igualarse al resto de grandes capitales europeas, como París, Londres o Berlín. Todo ello en un contexto de convulsión entre España y Cataluña (las cosas no han cambiado mucho desde entonces) con sus revueltas sociales, vuelta de la monarquía y anhelo de los catalanes por poder decidir por ellos mismos. El modernismo en Cataluña se manifestó a través de diferentes disciplinas culturales y artísticas. Lo encontramos en literatura, escultura, pintura y también arquitectura, como el caso que nos ocupa hoy. Fue una época muy prolífica artísticamente y de alguna manera, todavía pervive en el espíritu de la sociedad catalana. |
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